Lo sé. Por una vez, siento
que esto es de verdad, que hago lo correcto. No tengo un antifaz, no hay engaño
ninguno.
Estoy aquí, sentada, y solo
puedo pensar en el día que te conocí. Estabas acostado mirando al cielo, y yo
lloraba, lloraba porque otra vez me habían roto el corazón. Te levantaste y
viniste hacia mí, recuerdo tus palabras como si me las acabaras de susurrar.
¿Te apetece venir a tocar las nubes?
En ese momento me pareció
una tontería, sin embargo, ahora no puedo pensar en otra cosa que no sea en ir
junto a ti a tocar las nubes. Pienso en las palabras que te dije ese día y sólo
me entran ganas de echarme a llorar. Pagué contigo todo lo que me habían hecho.
Te grité, y tú no dijiste nada, sólo me escuchaste y cuando acabé te fuiste sin
decir nada.
Desde ese día, voy
y me siento a mirar las nubes esperando a que vuelvas, ya han pasado dos meses
y todavía nada. Pero por fin el día llegó, allí estabas, como la primera vez
que te vi, tumbado mirando las nubes. Durante dos meses había estado soñando
con volver a verte, había planeado lo que decirte, pero al verte allí no me lo
creía, no me atrevía a caminar hacia ti.
Para mi sorpresa fuiste tú
el que viniste, me volviste a decir la misma frase ¿te apetece venir a tocar
las nubes? En ese momento me levanté, sonreí y dije que sí.
Nos acostamos los dos en el
césped y nos pusimos a mirar las nubes. Quería hablar, quería decir algo, pero
no sabía cómo podía decirlo, me sentía tan avergonzada, además no sabía si aún
me recordabas. No obstante, me armé de valor y hable.
- -Sabes, he venido
durante dos meses todas las tardes esperando volver a verte. Quería pedirte
disc…
En ese instante me miraste,
tenías los ojos llenos de lágrimas, me pusiste tu dedo sobre mis labios, y
dijiste:
- - Yo también he
venido todos los días. Necesitaba volver a verte.
- - Pero, ¿por qué?
Quiero decir, después de todo lo que te dije, ¿por qué querías volver a verme?
- -Quería verte
porque no imagino una vida sin ti.
- -Pero, tú (se
produjo un silencio). Te fuiste, no dijiste nada.
- -Quería darte
tiempo, necesitabas pensar, y creí que si era nuestro destino nos volveríamos a
encontrar.
- -¿Puedo
preguntarte una cosa?
- -Lo que quieras.
- - ¿Por qué tocar
las nubes? Quiero decir ¿será verlas? No entiendo.
En
ese momento me besó, y dijo: lo siento, pero es la única manera de enseñártelo.
Lo
entiendo, y me encanta tu forma de tocar las nubes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario